30.8.07

El niño milagros


Este cuento fue el primero de mi muy poca cantidad de cosas escritas. Lo hice mientras estaba cuidando a mi tío en terapia intensiva hace ya algunos ayeres. La historia es verídica, el punto es que el "niño" milagros" si existió y también la Sirena Lunar, su esposa. Confieso que lo hice, porque siempre la veía llorar e ir a la cafetería por un jugo, jugo que juro por Dios, que no se terminaba en toda la tarde.... recuerdo su mirada pérdida y sus lágrimas que escurrían de su cara, así sin darse cuenta en la cafetería. Y bueno, eramos "vecinos de cuarto", así que por eso me atreví. Aunque en la verdadera historia es que el niño, Fernando, su nombre después supe no logro caminar..vaya ni siquiera logro despertar y la pobre Sirena, su esposa, nunca supe el nombre, quedo devastada.


-Sobre como el niño milagros ando-


-Esto es un milagro!!!- -Esto es un milagro!!- Era lo único que salía de la habitación 6667 del Hospital de las Lamentaciones, ubicado en la ciudad del Nunca Más. Y es que, no era para menos, ya que el "niño milagros", como todo el hospital (contando sólo aquellos que tenían la capacidad de expresar su opinión sin estar sedados de dolor, ya fuera físico o mental) lo había bautizado poco después de su llegada, en calidad de moribundo, al pabellón de urgencias y muertos no-oficiales.


Los doctores no salían de su asombro, los cuales son versados en el tema, y ni que decir de las enfermeras, las cuales no son versadas pero intentan comprender, y mucho menos amigos, familiares y demás agregados culturales,-que se fueron integrando a la asombrosa historia- , los cuales ni intentan comprender, ni son versados en el tema. Lo único que era importante, para todos por igual, era que el niño había hecho la hazaña, sin saber como, de salir vivo de una muerte segura.


Mientras tanto la Sirena Lunar seguía sacando lagrimitas, de un color inocente y puro, por y para su niño, su chiquito, su pedacito de alma, su gotita de miel...su niño milagros!!!! Por que ella había jugado, amado, vivido, comido, respirado, peleado, amado a su pequeño, su único amor.... y hasta se podía decir que padecía los mismos dolores, las mismas insuficiencias, el mismo temor a la muerte, y no el temor que se siente por el compañero o la persona amada que uno pierde, no, sino el temor de morir uno mismo.


Y es que en su simple forma de ver la vida, La Sirena Lunar, no entendía el cómo su niño se había agravado de un día para otro. No, esto no puede ser, se repetía una y otra vez, lo gritaba por sus poros, a través de sus lágrimas, de sus gritos ahogados...La gente vieja, la idiota, los compulsivos, los drogadictos, los pendencieros, la gente mala es la que sufre y la que muere.... lo gritaba en su silencio y en los ojos, apagados y sin chispa, que últimamente se expresaban...No mi niño, no mi suspiro, no él!!!


A la par que la Sirena lloraba y maldecía, en absoluto silencio, a toda la humanidad y sus estúpidas enfermedades, las cuáles habían surgido a través de la inconciencia de la misma, en el hospital pasaba algo, que a través de los años sería digno de hablarlo y discutirlo una y otra vez, y era que el niño milagros despertaba de su letargo y sus pequeños y ya muy perforados y mal formados pulmones cedían a la inflamación, que días antes lo habían postrado a una milla de la muerte....y empezaba a mostrar signos favorables, que según dicen los Doctores son los mejores que el ser humano puede presentar, en todo su cuerpo y para el oxígeno y demás bacterias y enzimas que flotan en el aire de la ciudad del Nunca Más.


Así la Sirena seguía viajando, lejos de su niño, de su corazón, y trataba de pensar el plan maestro que destruyera a toda la humanidad, a todos aquellos que habían causado, voluntaria o involuntariamente, el mal a su pequeñito. Pero la Luna, la cual siempre ha sido misericordiosa y benévola, le habló a la Sirena y le contó aquel bello milagro, logrado enteramente por su pequeño compañero de mil batallas, y le instó a bajar nuevamente a la ciudad, lugar al cual pertenecía, para poder acompañar a su niño milagros en la hombrada y seguir cada paso que éste realizará de una manera cercana.


Por tanto ahora la Sirena y el Niño, ¡Su niño milagros!, viven día a día y realizan obras que para un hombre común y corriente, como lo soy yo, cuesta mucho trabajo enterderlas. Ya que ellos no creen en la lógica "normal", mejor creer en los sueños y considerarlos posibles...mejor creer en algo que no puede ocurrir, que en algo totalmente posible...como diría alguna vez la Sirenita: La vida está llena de sueños y es mejor vivirlos que pensarlos!!!!.

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