30.11.07

Oye M. tengo que hablar contigo. Es que...me voy!

Hoy no quiero escribir. No sé como me siento. Es como una de esas batallas que ganaste a costa de perder casi tres cuartas partes de tu batallón. Es una mejor opción laboral, lo sé...pero creo que aún no era tiempo de salir de mi bunker... en fin dejo una rola porque así es como me siento hoy.

-Caminito- San Pascualito Rey
Recorriendo la serenidad
De la voluntad

Los dolores enterrados
Se han vuelto flores

Recogiendo pedazos del sol ardiendo
Escuchando las rocas
Que voy dejando
Cada una un deseo desechado

Voy tirando trocitos
De corazón envenenado
Para el gran animal
Del pasado

Voy por el caminito
liberando gritos
haciendo lo mío (x3)


18.11.07

Esto clarifica por lo que he pasado en gran parte de mi vida.



Casi se me escapa la fe

…Casi se me acaba la fe
Casi se me escapa el amor
Casi se me quiebra la inocencia
Se me agota toda la fuerza, para luchar un día más
Casi me rendí…hasta que pensé en ti…
(Soraya. Casi)

-¿Recuerdas de qué color son mis ojos, pequeño Siba?-, -¿Recuerdas cómo me rió?- -¿Recuerdas lo que sentías al verme llegar por la calle adoquinada de nuestra bella, pero muy alejada y paupérrima, provincia?-. No, supongo que eso fue hace tanto, y que recordar es “una cosa inútil de pibes”, cómo tu lo sueles pregonar alrededor de nuestro ambiente, o es que ¿fue hace tan sólo unos minutos qué acaba de suceder?...creo que ya ni yo lo recuerdo bien a bien. Sólo sé que tengo prendido en el corazón y en la mente la idea de la felicidad a tu lado…hay pequeño Siba….
-¿Recuerdas nuestros primeros paseos por la plaza?-,-¿Recuerdas cómo nos veíamos, con amor, con ternura?-, -¿Recuerdas nuestro primer beso?-. No sé si tu lo recuerdes, mi pequeñito, mi hurañito hermoso, pero yo lo tengo prendido, casi tatuado, no sólo en el corazón, que ya sabes que no soy una chica “normal”, si no que lo tengo en mis venas, en la sangre que día a día recorre todo mi cuerpo, justo como tú lo haces muchas veces mi pequeñito querubín, en cada poro de mi piel, en cada parte de mi vida….hay pequeño Siba….

-¿Recuerdas cómo caímos en cuenta que nos necesitábamos para toda la eternidad?-, -¿Recuerdas la necesidad que teníamos de estar abrazados a cualquier hora del día?-, -¿Recuerdas nuestra primera noche, esa tan especial para mí, juntos?-. Espero que de vez en cuando voltees la vista hacia atrás mi pequeño y veas toda esa vida que juntos hemos ido construyendo, día a día, hora a hora, minuto a minuto…..hay pequeño Siba….

-¿Recuerdas cómo me cantabas y tocabas, sólo para mí, sólo para mí en las noches latinoamericanas que suelen ser tan calurosas?-, -¿Recuerdas las fiestas con los amigos?-, -¿Recuerdas nuestras horas en el café Internet?-. Supongo que sí, ¿verdad lindo?, no es que tú seas como lo demás. No, tú eres diferente corazón, sólo que los demás no saben ver tus virtudes y sólo critican tus defectos….hay pequeño Siba…

-¿Recuerdas nuestras primeras peleas?-, -¿Recuerdas tus primeros gritos en el cuarto?-,-¿Recuerdas los primeros golpes de amor que nos dimos?-, -¿Recuerdas los feliz qué fuimos, somos y seremos?-. Sí verdad Siba, lo recuerdas tal como yo. Pero es exactamente como yo lo pienso, amor, o ¿sólo son pequeñas lagunas que me nacen en el cerebro debido a la gran cantidad de amor que tengo por ti y transformo la verdad en ficción, Siba hermoso? Tengo que confesarte que ya no sé que es verdad y que no lo es mi pequeño y menos cuándo el mundo entero se encarga de vernos sufrir. ¿Por qué lo hacen mi vida?, explícame por que tratan de dividirnos…es acaso qué en verdad soy mala Siba o tú eres el malo en este cuento… ¡No, en nuestra historia no existen malos. ¡Sólo tú y yo corazón! Solos tú y yo, Solos, tú y yo, Solos, tu, y, yo, Solos….

…¡Hay pequeño Siba!, si supieras cuántas veces he peleado por nuestro amor, si supieras cuántas veces he tenido que combatir en la oscuridad contra ese ejército de miedos y voces que vienen noche a noche para tratar de desestabilizarnos…si supieras cuántas lágrimas, de sangre y agua con sal, he llorado por ti en la calle, en nuestro baño, en nuestra cama, ¡en nuestro mundo! Hay pequeño Siba si supieras que por ti he hecho todo lo posible y más aún, si supieras que por nuestro amor he jurado caer muerta antes que separarme de ti…Hay mi pequeño Siba si lo
supieras…

11.11.07

Without words

Dats watta feels..




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4.11.07

Mi semana

When mom talks....is for A reason.....





Y la fecha lo ameritaba


You're a host, you're a host of a ghost
You're a host of a ghost, of a ghost, of a ghost..

(Porter. Host of a ghost)

Fernando e Isabel tocaron la puerta de mi cuarto y preguntaron, tan amablemente como siempre, si podían pasar o prefería descansar. Sin dudarlo dije que sí, podían pasar y quedarse si querían, que desde hacía ya mucho tiempo no encontraba descanso y menos con ella en la casa, paseándose como si fuera un gato el cual va de cuarto en cuarto tratando de averiguar en donde retozara hasta quedarse dormido. Como si desafiara las reglas de la física y cuantas leyes naturales y artificiales existan para hacerme quedar como loco. Pero no me escucharon, más bien no me tomaron en serio, como casi todos. Isabel sonrió con un mohín de conmiseración y me instó a relajarme, a tomarme un té que ella misma prepararía para poder descansar…. Vas a ver como todo vuelve a la normalidad y tú dejas de ver apariciones, sólo necesitas descansar, tomarte unas vacaciones. Fue lo que dijo mientras salía de mi cuarto y le hacía una caricia en el pelo a su esposo, Fernando.

Nos dejo a Fernando y a mí en el cuarto, con todas las fotos color sepia y amarillentas, algunas ya quebradas por el tiempo, que siempre decía él le habían causado tanto pánico y yo, a forma de burla desde que éramos jóvenes, le decía que era porque así tenía la conciencia, que simplemente eran retratos comprados en mercados de segunda por todo el país y el extranjero, que era una forma de llenarme de recuerdos de los demás, me conocieran o no. Pero esta vez no había exclamado comentario alguno sobre ellas y yo fui el primero que lo dijo…quiero tirarlas todas, quemarlas, a lo mejor y con eso logró que ella también se vaya de la casa. Por favor, Fernando, llévatelas todas. Él me vio como se puede ver un hermano, sonrió y asintió con la cabeza.

Se paró de la esquina de mi cama y fue hacia mi buró dándome la espalda, mientras contemplaba algunas de mis viejas películas que había conseguido cuando estudiante, no había hablado nada y eso empezaba a exasperarme mucho. Claro, dije en un arranque de ansiedad, debes creerme loco como el psiquiatra colega ese que tienes por amigo y ahora ya estarás pensando en enviarme al Fray Bernardino. Ni siquiera volteó, al fin y al cabo es docto en la materia y entiende que un arranque lo tenemos todos y más si alguien no te cree en lo que dices, solamente se limitó a preguntar desde hacía cuánto tiempo la veía, cómo había empezado y que hacía ella cuando se sabía observada… que sí la había seguido por sus recorridos por la casa, que si tenía algún lugar en particular, sí había cruzado palabra con ella.

Me quede viendo su espalda y sin mediar nada empecé por contar todo lo que recordaba, no sabía si hilando o no las frases, sólo sabía que tenía que sacar todo. No, no tengo ni idea cuando empezó, sólo se que una noche mientras leía y estaba ya cayendo en la modorra vi pasar la sombra de una adolescente, lentamente, pero no le di importancia, pensé que entre sueños la había alucinado. Pero conforme pasaron los días me di cuenta que ya fuera de día o noche, indistintamente, recorría las escaleras y los diferentes ambientes que tienen la casa. No, nunca la he seguido, pero sí sé cuando se acerca. Es muy raro, es como si una pequeña gota, gélida, apareciera en mi nuca y fuera cayendo por de a poco por mis vértebras, como si en cada vértebra me dijera, aquí estoy, he regresado y quiero que sepas que vengo con la intención de ser vista, de ser escuchada. Y entonces me paralizó, no puedo caminar o correr, no puedo gritar, simplemente cierro los ojos y siento como si el tiempo se detuviera y nadie podría ayudarme.

Y de repente empezaron los ruidos, sí sé que la casa ya es vieja y papá la construyó a la usanza antigua, pero estos ruidos no son como el de crujir de la duela de los cuartos, o el de las tuberías viejas de cobre que cubren toda la casa, o el de las vigas de los techos. No, estos son diferentes. Son cortos, pero efectivos. No, tampoco son gemidos, ni lamentaciones, ni pasos… pero son sonidos que te hacen encresparte hasta el alma. Son como esos ruidos que alguna persona hace de forma descuidada.

No sé a dónde va, en serio y si lo supiera no me acercaría nunca a ese lugar. Por eso es peor, porque de repente pasa por el corredor, así como si no existiera nada, no voltea. Te mentiría si supiera como es su rostro o como es ella, nunca volteo, simplemente siento su presencia y veo la sombra que se va alejando, tranquila, calladamente. Tampoco he escuchado su voz y si tu estuvieras aquí en las mañanas, tardes o noches cuando pasa, créeme no pensarías siquiera en hacerle la plática.

No había volteado, lo veía por el espejo que estaba contra el buró. Al principio fue como si no me importara que Fernando estuviera ahí, sino que lo que quería sacar, expulsarlo de mi interior. Pero conforme pasaba la conversación fui cayendo en cuenta de lo que decía, alguien como yo, con tantos estudios y que ha conocido el mundo, no podría estar diciendo eso y por lo mismo buscaba sus reacciones, para saber si me había compadecido o había ya pensado que estaba sufriendo de un delirio tan severo que sí era necesario hospitalizarme.

Pero no emitía palabra alguna y eso me volvía a desesperar. Y bueno, pregunté. Y bueno, dijo él como quien no pone atención. Sí, qué piensas. Ah, sobre eso. Pues bueno. Fue en ese momento cuando de reojo y por la apenas hendidura que se hacía entre la puerta y el dintel vi su sombra, la sentí y supe que era mi única oportunidad. Le dije que justo estaba pasando, que si no me creía saliera en ese momento por el corredor y que lo más seguro es que viera algo. Siguió de espaldas, sin poder moverse. Yo en mi desesperación le grité, desesperadamente, que saliera, que si quería contestar todas sus preguntas de psiquiatra se las preguntara. Se volvió a detener el tiempo y no fue hasta que de golpe abrieron la puerta, era Isabel con el té y unos bocadillos, que dijo algo como que fría estaba la casa últimamente que él volteo y me dijo claro que sí, ya te dije que con mucho gusto voy a sacar todas tus fotos y quemarlas, para ver si con esto ella también se va de la casa.