23.6.10

No hay mucho que decir, ni opinar

Desde ayer no tengo sueño...Desde ayer desempolvé aquella caja que arrumbé hace dos años y que contiene todas las películas, aquellas que en otro tiempo me hacían, que no comparto con nadie. Hace dos años, cuando en un arranque de tristeza, las guardé y renegué de todo y todos. Y pensé que si me adaptaba a las normas, sería normal y los demás me aceptarían.

Desde hace dos años, ahora, fue cuando blasfemé y en un arranque de ira le increpé y le prometí, parado en aquella Iglesia cerca del hospital de la avenida Revolución, a Dios que no volvería a buscarle, ni mucho menos a confiar en él. Y lo cumplí.

Desde hace dos años ya que no abro libros, ni escucho la música que me gusta. Al contrario, empecé a encaminarme hacia géneros y artistas que otrora serían una aberración para mí. No me interesa relacionarme con los demás, sólo los escucho, los observo detenidamente, me aprendo sus rasgos, sus hábitos, memorizo lo que es importante y lo que no, los critico y por último, cuando me han brindado su confianza les boto por algún lugar y voy en busca de otra presa.

Desde hace dos años mi vida no es la misma. Me emborracho y pruebo drogas, pero por la pura necesidad de hacerlo, no porque realmente me hagan sentir bien. No busco la satisfacción de otro momento, cuando darle una fumada al cigarro era igual a un placer desmedido. Ahora lo hago por hábito, por necesidad....desde hace dos años no soy yo y realmente ya no me importa.


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